"En el sitio del que provengo hay un monte verde y fértil, surcado por ríos de leche y miel. En el centro se yergue un árbol dorado de cuya rama más fina y delicada pende una manzana tan roja como la misma sangre y tan oscura como el mar. Detrás de la preciada fruta hay un hombre agazapado que espera el momento exacto para tomarla. Yo lo he visto, yo fui su predecesor: abandoné mi lugar porque tenía la certeza de que habría otro placer como aquel, pero no he visto una igual en tu país"