lunes, 27 de octubre de 2008

Pum, descargando

No me hables, no me pidas
que deje de caminar
Tengo miedo que si freno
me voy a matar


Soy un diablo rojo aplastando un mendigo y a cada hueso roto, a cada mancha de sangre sobre la alfombra sonrío y es éxtasis nada más. A veces pienso en ella y hago ejercicio para liberar tensiones, pero nada es mejor que matar a un pobre mendigo. Pobre, pobre. Me siento mal, tengo ganas... de vomitar. Pienso en figura, eso me tranquiliza, vamos, respira hondo, sé que puedes hacerlos, ¡tac! Ahí está de nuevo (¡no se cansa!) el tipo ese molestando y tendré que matarlo, otra vez

jueves, 23 de octubre de 2008

Los gatos negros de la calle Bucarés

La ciudad despierta a las nueve, noctámbulos, cierran los negocios. Los bares, pura tristeza, un piloto de negro bajo esa lluvia tan tonta y callada como las ventanas, los edificios.
Se prenden los faroles, heridas, como lágrimas de diamante. Las botas siguen caminando, paseo y trotecito suave disfrutando secretamente ese respiro de monstruo cruel. Vamos a seguir unas cuadras, total, qué puede pasar, y doblamos en la próxima, sorteando charcos, oculta la cara, avanza a tropezones, se atraganta, tose, toda roja, toda furiosa, toda hermosa. Es una muñequita de porcelana y vuelve a su mugroso departamento. Algo, lo que sea, ayúdeme señorita. Rebusca en los bolsillos. Gracias, preciosa, sigue camino. Maullidos y los moretones, se relamen los bigotes a falta de tentenpiés. Son los gatos, los más sufridos, escupiendo su blues crudo a la luna redonda redonda. Número 335, las llaves, subiendo. Ni ganas de armar la cama, yogur y sofá. Allá abajo sigue la música, qué diran los vecinos, nunca nunca mueren los gatos negros de la calle Bucarés

martes, 21 de octubre de 2008

Forum


Yo cuando viajo siempre tengo un escribano al lado mío que anota todo lo que digo
Qué feo saber que la muerte está muy cerca, porque uno nunca aprovechó su vida, entonces siempre te parece que necesitás más tiempo. "Que la reseca muerte no me encuentre vacío y solo sin haber hecho lo suficiente"
Yo cuando viajo enuncio teorías jodidísimas o recito poemas que dan escalofríos. Mi escribano escribe todo eso, sospecho que se lo roba, lo publica bajo el seudónimo de Tracy Manella. No sé, cuando viajo no importan los registros. Adiós, escribano ojo con esto último, lo quiero en papel

apretá 5 para entrar en el sistema, perdón por la tristeza


miércoles, 15 de octubre de 2008

Cóctel Tezcátl

-¡Tan, tan!- las palabras rompieron el silencio -Soy el Capitán Moulin Trementine, mi barco está anclado en el muelle 103 y pasaba por unos tragos
El posadero, su hija, un borracho y otros tres clientes se voltearon al unísono, atraídos por la extravagante figura que franqueaba la puerta y su retintineante voz. Era un hombre alto, cubierto por un sobretodo azul marino que lamía el suelo. Calzaba botas negras, las manos enguantadas y vestidas de anillos, una camisola oscura por la cual se arrastraban calaveras y lagartos tornasolados. Alzó una mano solemnemente y se la llevó al tricornio que cubría su cabello rojizo. Hubo un instante de expectativa y luego:
-Ladies and gentlemens, ¿por qué tan desanimados?
Su sonrisa, mitad enigma, mitad malicia, inundó el antro con una luz plateada. De pronto se oyó un chasquido y el sujeto desapareció
-¡Otra ronda, cantinero, yo pago!
De las mismas paredes mohosas comenzó a brotar música estridente. Los comensales, agitados por toda aquel bullicio repentino, se levantaron de sus butacas dando un respingo, pero finalmente rompieron en carcajadas y comenzaron a danzar. El cantinero y su mostacho fiel saltaban del barril a las mesas y de las mesas a la despensa a la mismisima velocidad de la luz. Sólo el borracho se mantiene apagado, recluído en su rincón
-¿Qué le pasa, buen hombre, no canta conmigo?
-Hace tiempo perdí lo que tenía de pájaro- respondé apesadumbrado
-¡Pero eso se arregla!- exclama Moulin y con un ademán teatral extrae un huevo de su manga. El ebrio ríe atolondrado como un niño, aplaude y echa a correr por la taberna.
Ahora todo es una fiesta, fragancias pomposas y explosiones de jazmín. La muchacha se ríe, se sonroja, alguien le levanta la falda, un guiño, una flor, un vendaval, se cierra la puerta, ¡clanc! El posadero, su hija, un borracho y otros tres clientes se voltean al unísono. No hay nadie allí, suena una sirena. Ya parte el barco, Capitán Trementine, kukús y calaveras por siempre

domingo, 12 de octubre de 2008

Epitafio

Cuando parta de este mundo será probablemente un día gris, de lluvia. Estarán tristes y no creerán la verdad, y no sabrán como decirlo, seca la boca, pero así es la vida. Por eso deben saber que los quiero con todo mi ser, que han sido el fruto de mi incansable trabajo, que mi futuro son ustedes y que deposito en vuestras conciencias mis expectativas todas.
Cuando llegue el día no quiero fastuosidades: un minuto de silencio será suficiente. Arrojen mis cenizas a un pozo y planten allí un cerezo (siempre adoré esos criadores de pececillos que usan sandalias de bambú). Planten mi tumba en el monte a la vuelta de casa, donde pasé las tardes corriendo pelotas y muchachitas. Denle un abrazo al Pete, a Brando, al Gordo Meglione, al Negro, a la Turca Garrido, a Placáu y a Willis Donovan. Manden un claver a Margarita, una alelí a Jazmín y una bomba a Rosa. Organicen una pequeña reunión con toda mi agenda telefónica y escriban en un libro todo lo que allí se diga.
Cuando la muerte toque a mi habitación, quemen mi cuerpo, mi ropa, mis pertenencias, mi casa. No publiquen nada en el diario, mientras más silencioso sea mejor. Escriban en mi ataúd "CARPE DIEM" y pongan adentro una flor por cada sonrisa
Cuando sea el momento se harán cargo de todo. Vendan la casa, las obras, la bodega, la lancha, el auto. El cincuenta para cada uno. Hagan que mis nietos crezcan buenos, formen una nueva familia, honren al apellido. No desesperen, que el camino puede parecer frío pero siempre me tendrán a su lado, siempre viviré en todos esos lugares. Nunca rompan los recuerdos y nunca me olvidarán. Allí dónde yo los crié, críen ustedes a sus retoños. Cuiden mi casa como si fuese yo mismo, porque en esas paredes susurro mi amor
Cuando me retire a descansar, sólo hagan algo: recuerden que las leyes se hicieron para romperse y los errores para volverlos a cometer, que el vino más dulce es el amor y que el sol del verano dura poco pero quema fuerte, que el precavido envidia al impulsivo, que la vida vive para reencarnar en anécdotas con amigos, que a falta de pan buenas son las risas y que nunca, nunca, nunca hay que obedecer a los muertos

jueves, 9 de octubre de 2008

Un poco de amor francés


















Pacman's curse

Como las plantas...
Y no pasar de moda

Ejercicio 3 y 4, pág. 12


El té lo tomamos en Berlín
ZT-500



Liberté, égalité, fraternité, ou la mort

domingo, 5 de octubre de 2008

Oblivious

















La locura puede burlar a la tristeza. Los velos pueden ocultar las verdades terribles. Detrás del ojo común hay algo más para distinguir. No todo es bruma y el sol no siempre brilla tanto. Me duelen los ojos, las pestañas, me los refriego. Tengo una capucha azul y el cuerpo tatuado, que brilla. No todo es eléctrico, la locura puede engañar al enojo, los gritos fuertes pueden sofocar al dolor.

Solo. Triste. Muerto.
Frío.

Fin.

viernes, 3 de octubre de 2008

Burbuja

Mirábamos de pie por la ventana al sol, y a través de nuestro lente parecía brillar mucho más. El césped era más frondoso y verde y había más nubes en el cielo. Un ruiseñor y un pelícano comentaron lo rídiculos que nos veíamos. Y ya estoy llegando, montado en un barco de pura fantasía, recorriendo los siete mares (y vacaciones en Trípoli) con una tripulación de exiliados y kukú calaveras, vigilo con mi catalejo que los ángeles no se olviden de la primavera
¡Esperame -ya llego-, perdoname! Soy como un vendaval, agitando mil adornos de oro puro aterrizo en tu mundo y te pinto la careta de colores. Vení, subite a mi burbuja, que desde acá todo es un poco más alegre

"As we live a life of ease
Every one of us has all we need
Sky of blue and sea of green
In our yellow submarine"



¿Miraste otra vez?

miércoles, 1 de octubre de 2008

Acercamiento

Mansilla y Agüero, serían las ocho de la noche, se cruzaron, los dos tocaron el portero electrónico. Había que esperar. Se sentaron
-Disculpame, ¿tenés fuego?
-Sí, tomá
Bolso. Una llama, humo
-Así que vos también esperás
-Sí, sí, a mi novio
-Ah. Yo a mi psicólogo
Risas

Sí, ya sé, después salió el novio y la parejita se fue contenta. Pero qué lindo es soñar

Pispireta


Como todos los domingos me paso por tu casa en San Isidro y llevo media docena de facturas. Te encuentro haciendo collares y hablando por celular, ¡típico! La tarde se llena de risas -es que sos tan fresca, tan natural-. Vamos a cantar y vos tocás el piano, vamos a charlar de lo caro que está el pan. Así se pasan las horas y terminamos en el piso recordando anécdotas de cuando chiquitos. Yo te pregunto si planeás viajar, vos respondés: "Todo lo que diga está de más, las luces siempre encienden en el alma". Guiño, ojitos, sonrisa. Qué bueno que es tenerte ahí cerca, niña