lunes, 28 de marzo de 2011

Ninja de secundaria

Querido.... ni siquiera sé tu nombre, podés creer? Pero te conozco, porque cada una de tus heridas deja un poco de tu historia tatuada en mi carne. Seguro tenés una tradición de mil años de boludos como vos y seguro están todos muy contentos, pero quiero cortar con eso: acá y ahora.
¿Por qué? Si tan sólo entendiese tu misión en esta vida. ¿Será joderme a mí, matarme pero de a poco y sin sorpresa? Bueno, entonces te sale mal y bien al mismo tiempo, porque no me rindo. Y aunque seas como el viento de invisible y silencioso, para mí no lo sos, yo reconozco cada uno de tus cuchillitos que tirás, como al pasar y que dejan un rastro de risas.
Y esa vez que te vi llorar, no tenías disfraces para disfrazar ni humito para escapar, no tenías nada! Y si querías que me acercara ¿por qué te fuiste corriendo?
Yo te voy a sacar la ficha, ninja de secundaria, y no vas a poder robar nunca más, ni mi vocación ni mi oración ni mi oralsone ni mi comezón ni mi ton ni son ni mi sin razón ni NADA
Mañana no vas a llegar temprano ni te voy a ver volver del recreo y me voy olvidando de cruzarte en el pasillo de las putas casualidades, por eso te mando un e-mail, porque ni tu tatara tatara tatara senséi (que seguro nunca chapó con nadie) puede esquivar esto. La curiosidad mató al gato y a mí me mató tu veneno. Te amo...rtiguaría la culpa saber que puedo ser feliz y que alguna vez te voy a olvidar? Qué me importa a mí.

El ser que más te odia.

Lila

PD: Deja de mandarme shurikens de papel en clase, porque duelen

jueves, 27 de enero de 2011

reconciliación

-mpshjms
Zurdo estaba sentado sobre una caja que seguramente tenia alguna historia, las piernas abiertas, las manos apoyadas y la cabeza gacha en actitud del que no cumplió la promesa, del que la cagó al final. Se irguió lento, aspirando un aire que parecía elevarlo y hacerlo sabio.
-qué?
-que ya lo sé. ya lo entendí
se levanto tan rápido que mi noentiendonada siguió de largo y chocó la pared. no pude no seguirlo y no puedo echarle la culpa a mi cualidad de amigo que te banca en las tristezas. simplemente algo dentro de mí hizo conexión y dio órdenes. alargué una mano intentando detenerlo y me respondió:
-sólo voy a comprar puchos, pero con una sonrisa que me inundó del miedo a lo desconocido.
bajamos los ascensores. él tarareaba mañana en el abasto. yo me sorprendia por millonésima vez de verme infinitamente por los espejos. por qué? por qué pensar en eso cuando un amigo abandonado te está llevando a no sé dónde seguramente. por qué a veces la mente se pone en blanco y se suelta de todos los cables.
-zurdo, pará. no sabés lo que estás haciendo. no metás a eva en todo lo que..
todo se puso negro y un calor atrapó mi cara.
-callate. callate o te pego más de lo que te va a pegar esto, y se toco la sien que le brillaba del sudor
y abrió la puerta del ascensor y después la del edificio y después la reja y yo lo seguí atrás sin ganás de preguntar por qué íbamos para allá si el kiosco...
-no zurdo
-callate
-no dale no hagas esto
-callate te digo
-zurdo el auto no...
ojalá nunca hubiese dicho eso. la bestia pivoteó y me miró fijo y yo, me quebré. no encontré los ojos inyectados en sangre que esperaba, esa locura infame que se había apoderado de él.
-por qué - aulló volanteando por la ruta - nunca lo vamos a entender? cuándo le regalamos al tiempo el poder de decir esto ya pasó y no lo podés cambiar, tenés que comerte los mocos por lo que se te ocurrió hacer. está todo acá boludo y yo lo voy a sacar. y vos me vas a seguir porque quiero que seas el testigo de este momento mágico
-a dónde vamos? dijo lo que quedaba de mí, lo que no se había ido en esa mirada
-vamos a buscarla
el auto patina como mis recuerdos: las dos cosas van a cientocincuenta por hora. qué hubiese podido decirle sobre lo inútil de buscarla, a ella, que ya no va a volver? sólo siento una frenada y los ojos del zurdo (no están rojos, están azules). un olor a muerto que me vuela el tabique de un corchazo y los ojos del zurdo (no se mueven, están calmos). una grava que salta, enterrandonos ahora a nosotros, y los ojos del zurdo (no son otros, son los mismos de siempre). unos versos que se pierden y los ojos del zurdo (y yo me alejo más del cielo...)

jueves, 22 de enero de 2009

jueves, 25 de diciembre de 2008

Ahora vuelvo, voy a comer una manzana prohibida

I.
Odio que hablen. ¡Se me hace tan hipócrita de su parte! No dejan de decir mentiras, o se tiran mierdas, o se acarician como si se quisiesen o se llevasen bien, total como nadie les puede decir nada por todo eso de la cortesía y de que no vas a arruinar las Navidades con una pelea familiar. Caretas. Caretas caretas. Panqueques. Yo prefiero las miradas, las miradas dicen todo, pero nadie las escucha ni entiende, ni yo, por eso a veces parece que tienen sabor a nada, ¿qué me dice? ¿me ama o me va a ofrecer un seguro inmobiliario? Jaja amo las anécdotas, todos las amamos, y los recuerdos, por eso los viejos cuentan mil veces las mismas cosas. Por qué no se callan, digo yo, digo con la mirada, obvio, no me cabe eso de hablar

II.
¿De dónde viene la tradición esa de brindar? ¿Por qué la sangre de Jesús es vino y no agua? ¿Dónde queda Río Mon, en Uruguay?

III.
Debe ser impresionante estar en uno de esos lugares que son IGUALES a las películas yakees. Ellos no lo entienden, o los europeos, pero nos nos criamos con Mi pequeño angelito y Riqui Ricón, y desayunar bacon sería la gloria.

IV.
Ayer encontré Circo Beat y Rey Sol, de Fito Paéz. Discazos, me traen tantos recuerdos. Yo gritaba sonrojado laputamadrequelosremilparió en El diablo de tu corazón porque nunca había oido puteadas en una canción, jaja. Qué tiempos, era apenas chiquito, comia y jugaba con Legos y tenia un amigazo. Y andaba en bici y pensaba que mis zapatillas me hacían correr más rápido. Qué año duro este, un año de aprendizaje, cómo dolió todo, las cosas que hice. Me siento renovado y más ligero. Incredibol

V.
¡Feliz Navidad!

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Falta envido

Yo siempre creí en las emociones fuertes. Soñaba una y otra vez que mi amor pelirrojo y de ojos verdes se me aparecía en mil formas. Y masticando esas ilusiones, recorría el día a día, iba dando pequeñas cosas, gestos, insignificancias: dando consejos, robando mujeres, sacando sonrisas, contando secretos, acariciando mejillas, mintiendo y agrediendo, apoyando personas. Cosas que no me importaban, que pasaba por alto, cosas para gente que amaba, odiaba o incluso ignoraba. Pero esos gestos son los que más se valoran y los que construyen las relaciones, y las emociones fuertes como el amor no existen, son meros títulos para esas cositas que tanto nos alegran o nos amargan los dias

"Golpe a golpe, beso a beso"

domingo, 14 de diciembre de 2008

Caminar

Es como desvestir una cebolla. O desvestir una mujer. Desvestir cebollas me hace llorar. Se requiere de mucha delicadeza y paciencia. ¡No tengo paciencia! Quiero todo YA, soy de la generación de la inmediatez. Será por la compu o por el internet, no sé, nunca me paro a pensar estas cosas. En todo caso, "y que no le importe mi ropa si total me voy a desvestir para amarla", como reza Sui Generis. A la manera de uno, eso quiere decir, cada uno desviste como quiere, más o menos rápido o mirando poco, o escuchando más que nada. En todo caso, lo importante es no llorar, porque podemos entristecer a los demás, y eso no está bueno. No es dulce. Como desvestir una mina