Mansilla y Agüero, serían las ocho de la noche, se cruzaron, los dos tocaron el portero electrónico. Había que esperar. Se sentaron
-Disculpame, ¿tenés fuego?
-Sí, tomá
Bolso. Una llama, humo
-Así que vos también esperás
-Sí, sí, a mi novio
-Ah. Yo a mi psicólogo
Risas
Sí, ya sé, después salió el novio y la parejita se fue contenta. Pero qué lindo es soñar
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario