miércoles, 1 de octubre de 2008

Pispireta


Como todos los domingos me paso por tu casa en San Isidro y llevo media docena de facturas. Te encuentro haciendo collares y hablando por celular, ¡típico! La tarde se llena de risas -es que sos tan fresca, tan natural-. Vamos a cantar y vos tocás el piano, vamos a charlar de lo caro que está el pan. Así se pasan las horas y terminamos en el piso recordando anécdotas de cuando chiquitos. Yo te pregunto si planeás viajar, vos respondés: "Todo lo que diga está de más, las luces siempre encienden en el alma". Guiño, ojitos, sonrisa. Qué bueno que es tenerte ahí cerca, niña

1 comentario:

jaz dijo...

¿no me querés pasar a buscar a mí un ratito?
ya te declaré mi amor antes, pero no podés ser más amor nenene